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VII Ciclo de poesía y psicoanálisis
Fecha | Resumen |
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19Ene2024 | 20:00 – 21:00 VII Ciclo de poesía y psicoanálisis: Diálogo entre Óscar Curieses y Mario López Parra |
15Mar2024 | 20:00 – 21:00 VII Ciclo de poesía y psicoanálisis: Diálogo entre Arturo Borra y Gabriel Hernández |
19Abr2024 | 20:00 – 21:00 VII Ciclo de poesía y psicoanálisis: Diálogo entre Rosa Lentini y Juan del Pozo |
Presentación, por Mario López Parra
Igual que tantas cosas que insisten y perseveran, aquí nos hallamos en nuestro VII Ciclo de Poesía y Psicoanálisis para el presente año 2024. Ojalá todas las cosas cíclicas fueran tan gozosas como lo son los encuentros que solemos presenciar bajo el hermoso abrazo entre el psicoanálisis con el arte, en particular, con la poesía. Pareciera que a menudo buscamos y encontramos (o dejamos de encontrar) lo mismo. ¿Acaso hay algún analista que no sea un poco poeta? De acuerdo, conozco a varios que no lo son, es cierto; pero, ¿acaso hay algún poeta que no guarde una estrecha y particular relación con el lenguaje y con el inconsciente?
Que no se malinterpreten mis palabras, sobre todo en esa primera hipótesis fallida, si me lo permiten, en tono humorístico. Si algo hemos constatado en los numerosos encuentros que llevamos celebrando, es que en el poeta reside un talento y una sensibilidad sin parangón, dado que es un área de las artes, por ser un coto vedado y extraño del lenguaje, donde se le da vida y muerte a las palabras, al sentido. Eso es lo que le crea esa especie de sinergia y resonancia con el psicoanálisis. Por supuesto que los analistas no somos poetas y, por mucho que a veces nos guste expresarnos de manera oracular o críptica, no hacemos poesía. No obstante, y seguramente sin pretenderlo, los poetas a menudo sí hacen psicoanálisis, o más bien hacen por el avance del psicoanálisis. Las artes, la vida misma, van por delante de nuestra ciencia, y es esta la que aprende de las primeras, y no al revés.
Tenemos un observatorio privilegiado de ciertos fenómenos, que tan trillados tenemos en nuestro marco teórico, en una manifestación de lo más sublimado que puede hacer el ser humano con lo que nos ha tocado vivir en tanto animales enfermos de la palabra. Cabría preguntarse si los poetas están más o menos enfermos de dicha palabra, puesto que parece que pueden tanto nadar y flotar en el lenguaje de formas que los demás no podríamos ni soñar (casi literalmente), como dejarse hundir hasta casi ahogarse en éste, pero para después volver y contárnoslo al resto en forma de versos, como heraldos de la cara oculta del lenguaje, alentando en quienes os leemos cosas con las que previamente no nos habíamos confrontado. Hallando la angustia en una palabra, o en la mera colocación de una palabra, por ejemplo, o hallando la belleza en un vacío.
Os tenemos que agradecer la valentía de recorrer el camino que transitáis, y el valioso testimonio que dejáis en la cultura, al alcance de cualquier intrépido que quiera asomarse a esa laguna en la que uno puede ver su propio reflejo, o tratar de mirar a través de este para dejarse llevar por la profundidad y la quietud inquietante de lo que no puede verse en esa negrura calmada y angustiante. No estoy recriminando nada con lo angustiante, pues sin angustia no hay deseo. Y si algo hay en estos encuentros, es deseo. Auguro unos diálogos enriquecedores.
La palabra tensa, por Alberto Cubero
El poema sustrae del flujo lingüístico lo indecidible. También lo que no es imaginable desde un ordenamiento
sintáctico. Acaso también emocional. El poema es una mano que indica aquí, allá, que propone sendas, direcciones, posibilidades. Nunca significados (pre)establecidos. El poema va dejando marcas, huellas: no es raíz ni asentamiento. Con Deleuze podríamos decir que es rizoma, trazos que se anudan para generar una indeterminación, que se anuda a otro trazo para generar… Con Baudelaire diríamos que la poesía es la más contundente de las ciencias, pues tiene la capacidad de relacionar todo con todo. Analogías interminables. Universalizar lo singular, singularizar lo universal.
El poema intenta sustraer de la existencia el misterio, que es el basamento resbaladizo del devenir. De ahí la presencia incógnita de lo humano. En cada sujeto palpita algo indescifrable; en cada comunidad de sujetos hay un murmullo entre el asombro y el temor: qué es lo que nos une, qué lo que nos separa. Cada golpe de viento no sabe en qué punto cardinal asentarse, tan infinitos son. No es que la noche confunda, es que se confunde con las sombras, con la mirada inaudible del errabundo, con el reverso de lo oculto, con cada ay no exclamado. Recoger un pedacito del enigma allá por donde transite el rastro del contraluz.
Decir, decir, por la boca, por la mano, siempre con el arco del alma tenso (Carlos Skliar dixit). Esto es, la fisicidad de la palabra, precisamente lo que ya advirtiera Lacan que se estaba perdiendo: el peso del lenguaje. Que la palabra evoque, toque al otro, le haga cuerpo de pensamiento, se piense como cuerpo, le proponga expansiones, digresiones, subversiones. Frenar la invasión de lo banal, la minusvalía espiritual, ofrecer una resistencia íntima que nos permita ser, como escribe mi admirado Josep María Esquirol. La escritura como forma de esa resistencia, como esa voz encarnada que nos permite indagar, introspectivamente, extrospectivamente.
Decir, decir, estar en lo cierto en el momento equivocado y estar equivocados en el momento justo. Qué felicidad ésta.
Óscar Curieses y Mario López Parra
Desnudarnos al cuchillo de la flor. Pelar con violencia para que belleza y raja coincidan. No añadir, un quitar. Quitar un añadir. No coincidan raja y belleza. ¿Qué para violencia con pelar? Flor, la de cuchillo al desnudarnos. *** Afeitas los ojos para limpiar tu impureza. Quieres ver más claro mientras ella te nieva. Niévate ella mientras claro más ver. Quieres impureza, tu limpiar para ojos. Los afeitas. *** Siempre me arropa, me tensa, me cuartea. Me construye frío de imágenes hasta hacerme himen nieve. Querer o follarme el cristal de sangre desnudo para gritar de amor solo una vez más: Siempre. Siempre más vez, una solo. Amor de gritar para desnudo. Sangre de cristal, el follarme o querer nieve. Himen hacerme hasta imágenes de frío. ¡Constrúyeme! ¡Cuartéame! ¡Ténsame! ¡Arrópame siempre! *** Parte la memoria de nuca. La golpea alguien. Alguien golpea la nuca de memoria, la parte. *** Quitas la piel. La piel de nuevo. Quito la piel. La piel de nuevo. Miramos las pieles quitadas. Duelen. Duelen quitadas pieles. Las miramos. Nuevo de piel, la piel. La quito. Nuevo de piel, la piel. La quitas. *** Cuaja memoria la nieve. Nieve, la memoria. Cuaja.Libro de los icebergs, Óscar Curieses
Arturo Borra y Gabriel Hernández
Clamor este yo gobernado por lo que no conoce esta multitud en el vacío de todo reino esta esperanza irguiéndose en el derrumbe donde nos precipitamos claman y no hay más que noche para atemperar el bullicio de los pasos que se pierden —la huella de su silencio ahuecando lo vividoDentro muertos desde cuándo —cuándo vivir fue ceder a la gravedad de las horas caída en un nicho de hojas secas callar la lluvia/llamar sin nadie que abrace el árbol talado cuándo los túmulos se hicieron residencia en esta muerte diaria cuándo enterramos entre piedras el cadáver de otra vida— esos desórdenes del sueño interrogando la asfixia dentroDesde lejos, Arturo Borra
xiii Naufragar así en el resplandor repentino del mar que baña de agosto nuestros cuerpos. Sólo este temblor impide reconciliarse con la catástrofe que acontece en el umbral de nuestros ojos. Como si fuera posible —en el fin de las dunas— arriesgar un lugar donde nunca estuvimos.Donde nunca, Arturo Borra
Rosa Lentini y Juan del Pozo
El círculo que nos vuelve audibles El amor empieza por el final, cuando llama materia perdida al sueño montaña a la lengua y lengua al alma …mientras espía al ave acicalándose con la nieve intocada Pienso en ellos y pienso en sanar Me trajeron al nido, se llenó después nuestro mundo con pórfido de cuarzo …pero a través de la pasta vítrea el gorrión aún esparce la nieve de una rama el ave no precisa en su impulso del paso de las formas entre las formas …y es un invento de la palabra su reino de nadiePregunta ¿Quieres que vele y escriba en el poema cómo barrió en su día el corazón, o prefieres algo que avance contigo, muerto y también vivo apuntalando los árboles que quedaron tras el diluvio, más allá de lo que se reserve para ellos, cayendo todos a la vez y a la vez sostenidos, visionada su fresca sombra, alargada hasta cubrirnos como si nos cartografiara…?La idea de la cumbre. Identidad ¿Qué contiene la idea de la cumbre sino la idea de la caída? No tan lejos como hubiéramos deseado no tan cerca como hubiéramos temido no la cumbre sino su idea tan efímera tan brevemente decide el viaje del ahora ¿Quieres la historia de la cariátide sosteniendo la nostalgia de un primer gesto, o prefieres el gesto vivo, la grieta de luz de una mano al llevar su fruto goloso hasta un mentón levemente alzado para recibirlo? expectante entrega intacto instante que nos fortalecía el bucle ininterrumpido y no la historia truncada la confianza nunca desprevenida que contenían esos dedos al volvernos partícipes la coda final y la compulsión que lo lleva a contarlo …y la lengua suavemente hambrienta aún lo pronuncia al recibirlo Hablamos no de un tiempo sino de un lugar elegido …y toda nuestra piel arbitraria es el espejo de ese amorFuera del día, Rosa Lentini
Comisión de organización
- Evaristo Bellotti
- Gloria Fernández de Loaysa
- Sol García
- Antonio Heredia
- Gonzalo Jalom
- Mario López Parra
- M.ª Luisa de la Oliva
- Félix Recio
- Pilar Rodríguez Collell
- Carmelo Sierra